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Capítulo 18-Emprendiendo alternativas para el empleo

Page history last edited by Joshimale 13 years, 8 months ago

 

 

Capítulo 18. Técnica (VIII): Emprendiendo Alternativas al Empleo.

Propuesta de: Mario Dehter

 

NOTA: Las aportaciones a este capítulo de la Bloguia pueden hacerse AL FINAL de esta página.

 

 

Me han encargado que en 3000 palabras te explique, motive y oriente para que fundes tu propia empresa  o generes alguna forma de autoempleo si estás con problemas para ingresar o reingresar al mercado del trabajo.

Lo haré en estas 183 palabras:

  1. ¡Hazlo! No busques lo que tus maestros de indiquen que busques. Busca lo que tus maestros buscan.
  2. Asume los riesgos cuando los puedas comprender. No es lo mismo un riesgo, que un riesgo calculado.
  3. No temas al fracaso; fracasar forma parte del magnífico hecho de vivir exitosamente. El fracaso es como el silencio en la música. Si sólo hubiera sonido, sin silencios: la música sería un ruido molesto.
  4. Habla intensamente con empresarios y con profesionales independientes. Trata de crear modelos de rol que te inspiren confianza y NO LO INTENTES SOLO: construye una sociedad con otras personas con quienes compartas intereses, preferencias y que tengan talentos complementarios.
  5. Tu idea, quizás no puedas llevarla a cabo por falta de recursos, pero es muy probable que tu idea funcione muy bien dentro de otro negocio que ya existe.

Ahora, fundamentaré estas ideas y te daré algunas claves con las 2.761 palabras restantes:

Lo que mata no es “el veneno”; mata beberlo

Estar sin empleo no tiene por qué provocar la sensación que uno esté “sin oxígeno”. La cultura de “la seguridad del empleo” ha creado la sensación que sin empleo no hay lo que hacer. La falta de empleo es algo así como: la falta de aire para respirar.

Habiendo tanto, tanto, tanto, por hacer, dime, ¿por qué no lo haces tú?

Es simple: necesitas una idea vinculada con una necesidad del mercado, los recursos para transformarla en un negocio y la habilidad para gestionar la relación con los clientes y los proveedores.

Dije “simple”, no “fácil”; ni posible de la noche a la mañana.

¿Qué falta? ¿La idea? ¿Saber si soluciona un problema del mercado? ¿Saber cómo vincular a la idea con el mercado para que resulte un buen negocio? ¿Los recursos? ¿La habilidad? Si no lo tienes alguien lo tiene y podrías comenzar por asociarte con él, o con ellos.

Lo más probable es que tu idea de negocio sea difícil de ponerla en marcha si no tienes idea acerca de cómo crear un negocio y cómo gestionarlo. Conocer mucho sobre pinturas para las paredes, e incluso saber cómo se pintan las pareces, no es lo más importante para poder fundar una “pinturería” y tener una razonable expectativa de éxito.

En más, la mayoría (más del 70% de los nuevos emprendimientos) fracasan antes del segundo año desde su fundación y, del 30% restante, quizás menos de la mitad sigue funcionando al cabo de de 10 años.

Esto es “una noticia”, pero no tiene por qué ser “tu destino”. Se sabe muy bien cómo estar en el rango de los “casos exitosos”; el problema es reconocer cuál es “el veneno” y no beberlo.

Si necesitas “sustento económico” (sobre todo si lo necesitas en forma inmediata, regularmente y con una razonable proyección asegurada a mediano y largo plazo) quizás no sea tu momento de fundar tu propia empresa.

Buscar empleo es un procedimiento diferente al de crear una empresa Promotional Items o desarrollar una actividad por cuenta propia.

No es lo mismo ser un emprendedor creador de empresas con fines de lucro, que ser empleado; es “diferente”. Tampoco es mejor ser emprendedor que ser empleado (léelo de nuevo: “no es mejor ser emprendedor, que ser empleado”). No es broma, ni un juego de palabras; “escucha”, “lee” mis labios: definitivamente, la actuación del emprendedor es fundamentalmente diferente a quien quiere desempeñarse en un empleo; y el proceso de creación de una empresa, o crear una fuente de autoempleo, es completamente distinto a buscar un empleo.

La discusión acerca de si “emprendedor (creador de empresa)” «se hace» o «se nace» encierra una trama de especulaciones inútiles; para simplificar: el ser emprendedor deriva de una combinación de factores personales con circunstancias contextuales que catalizan en el comportamiento del emprendedor fundador de empresas, o de quienes crean sus propios ejercicios de autoempleo.

Poseer “espíritu emprendedor” no implica poseer “capacidad empresarial”. Los “emprendedores” no son la causa del desarrollo de las economías regionales, son la consecuencia de políticas, ambientes sociales, factores culturales, circunstancias económicas y facilidades tecnológicas propicias para que las personas descubran y aprovechen oportunidades para tener iniciativas y actuar como emprendedores creadores de empresas.

En “la escuela” no somos entrenados sobre “cómo descubrir y aprovechar oportunidades”, ni se nos ayuda a comprender por qué y cómo las personas tomamos decisiones y, peor aún, “la escuela” no nos prepara para ser “emprendedores” sino para, en el mejor de los casos, planificar y gestionar “un proyecto”.

Si aún no te has “espantado” por estas “noticias”, entonces creo que te será útil este artículo y, esperanzadamente, aprovecharás las claves que te propongo para que emprendas la fundación de tu propia empresa o crear una forma satisfactoria de autoempleo.

Es importante que sepas estos detalles de mi vida: comencé muy joven como empleado en la sección de ventas (comercial) de una pequeña industria textil, llegué a ser gerente regional de ventas (para Argentina, Chile y Uruguay) de una de las marcas francesas más prestigiosas de la moda mundial, después de un “salto de fase” (profesional y personal) por la crisis de principios de los ´80 y el cierre de todas las oficinas latinoamericanas de la empresa para la que trabajé esmeradamente durante más de 10 años, me “auto-reciclé” como formador de vendedores y. por “oportunidades” que se me presentaron a través de mis contactos personales y profesionales, me especialicé en la formación para emprendedores creadores de empresas.

Durante 27 años me dediqué “al negocio” de diseñar e impartir programas de formación y dirigir centros para emprendedores en varias Universidades de Argentina, y asesorar a organismos públicos (incluyendo un par de instituciones gubernamentales en España) sobre como animar a la cultura emprendedora.

Otra vez la crisis en 2001 me puso en el límite; pero esta vez ya estaba casado con la más bella de todas las bellas andaluzas y… el nuevo “salto de fase” me “transpoló” desde “mi Buenos Aires Querido” a un pequeño pueblo de la Provincia de Sevilla.

Aquí, en España, una maravillosa Nación colmada de grandes oportunidades, a la que estoy profundamente agradecido tuve que repensar todo mi futuro.

Después de estar 27 años arrojando jabalinas desde las aulas a potenciales emprendedores fundadores de empresas en varios países de Iberoamérica, me he puesto del lado “del blanco”; ahora no arrojo dardos, los recibo.

Desde esta perspectiva, de quien toma el riesgo y emprende, les propongo reflexionar sobre mi propio caso, considerando además mi particular circunstancia de tener 58 años de edad, que pertenezco al colectivo “inmigrante” y que estoy fundando una empresa de servicios en un momento en que se encienden todas las alarmas de “¡alerta crisis!”, aún en las economías más desarrolladas como el caso de España.

Aun con toda mi experiencia animando la cultura emprendedora y coordinando centros de apoyo y formación para emprendedores, es mi propio emprendimiento ES24TV (iniciado en 2007), dedicado a la producción de objetos de aprendizaje audiovisuales y servicios para eLearning, el que más me cuesta comprender. El que más esfuerzo físico, intelectual, emocional y económico, me está reclamando, pero el que me hace sentir una persona plena y verdaderamente feliz.

Creando e impartiendo programas de formación y asistencia para emprendedores, he aprendido el principio fundamental del emprendizaje: el valor de las iniciativas emprendedoras no radica en su originalidad, sino en las posibilidades que tengan de ser adoptadas socialmente.

También he comprobado que, en todo evento emprendedor, hay dos factores claves: a) los factores que los precipitan; o sea, los factores que inspiran la intención de emprender y b) los factores que los aceleran; o sea, los factores que facilitan actuar como un emprendedor.

Cualquiera sea el fundamento teórico, o la perspectiva, o el enfoque, que se considere para analizar la naturaleza del emprendedor y de nuestras iniciativas, siempre queda en evidencia este doble juego de fuerzas complementarias: «la intención» y la «actuación» emprendedora.

No es suficiente la intención de emprender, sin los enlaces entre «las ideas y habilidades personales» con «las necesidades y las características del mercado».

Replay: no es suficiente la intención de emprender, sin los enlaces entre «las ideas y habilidades personales» CON «las necesidades y las características del mercado».

Inscríbelo en algún lugar de tu memoria RAM, en tu disco rígido, en tu corazón y sobre tu frente:

Cualquiera sea la edad que tú tienes, el lugar donde vives, o los motivos que tengas para emprender una actividad con fines de lucro: es necesario que el mercado necesite tu idea y que al mercado le guste tu idea.

Además, tienes que saber como llevar a la práctica esa idea, o encontrar, interesar e involucrar en tu emprendimiento a las personas que puedan transformar tus ideas en hechos comercialmente posibles.

Esto es, busca socios, o contrata a los empleados, o compra los servicios de personas con el talento, los conocimientos y las habilidades para que te ayuden a transformar tus ideas en un negocio sustentable y rentable.

Lo peor que puede suceder en estos tiempos es dedicarse demasiado tiempo a pensar cómo actuar, sin actuar.

Establece un razonable balance entre el tiempo que dedicas a “imaginar” y a “planificar”, y el tiempo en que tienes que “actuar”.     

Otra forma de aprender, otra forma de actuar

La formidable evolución cultural y tecnológica que estamos viviendo revaloriza conceptos como “apofenia” y “serendipia”, referidos a “encuentros inusuales” y a relaciones entre destrezas y conocimientos aparentemente desarticulados.

Por esto: ahora tiene más protagonismo el aprendizaje continuo e informal, que la enseñanza enciclopédica.

Más importante que “tener conocimientos”, es saber como establecer nuevas vinculaciones entre lo que une mismo conoce con lo que conocen otras personas.

Constantemente surgen nuevos espacios —físicos o virtuales— en donde la gente se informa, aprende, se divierte, trabaja y se relaciona muy profundamente con otras personas de quienes no les conoce ni el tono de sus voces, ni entre quienes suele interesar su aspecto físico.

Estos nuevos ámbitos de actuación personal y profesional, precipitan el desarrollo de actitudes solidarias y habilidades para comunicase con nuevos códigos de intercambio.

El nuevo paradigma es “la sinergia”; las personas y nuestras organizaciones necesitamos más “colaboración” que simple cooperación.

Recientemente, ha quedado en evidencia lo vulnerable de sistemas organizacionales que se suponían inmunes a los cambios repentinos de escenarios.

¿Por qué motivo tú vas a suponer que no puedes construir un negocio rentable y perdurable, satisfactorio para ti y para tu gente?

Así como evoluciona la sociedad, también evolucionan los motivos y las metodologías para emprender. ¿Cómo se comienza a caminar, a hablar, a escribir? ¿Cómo se aprende a calcular? ¿Cómo se aprende a conducir un coche, a utilizar el ordenador?

El desarrollo de las capacidades más complejas, como “emprender”, requieren trayectos de aprendizaje y entrenamiento cada vez más: «sociales».

En mi caso, los factores precipitantes —naturalmente— están asociados al dislocamiento producido al tener que emigrar desde Argentina a España y la necesidad de crear ingresos para mi sustento doméstico en un medio donde no tenía sentido buscar un empleo, o procurar un espacio en un ambiente profesional celoso del ingreso de nuevos actores, como lo es el sector de la formación profesional.

Aún cuando no sea un tema totalmente pertinente para el conjunto de los potenciales usuarios de esta BloGuí@ deseo expresar un “sentimiento” personal y que sea claramente comprendido: la edad cronológica, es un activo que se deben imputar en la cuenta del “Haber”. Tener 40 o más años: no es un déficit; por el contrario, constituyen “aprendizaje” y “equilibrio emocional” y, cuando menos, conocer qué cosas son perjudiciales para nuestra salud física y bienestar. Para "emprender" lo "restrictivo" que podría resultar ser mayor de 40 años es estar demasiado apegado a prejuicios, no estar dispuesto a revisar formas de comportarse en circunstancias conflictivas con otras personas, o estar muy aferrado a procedimientos porque en el pasado han demostrado ser "útiles".

Factores que aceleran y facilitan el proceso emprendedor

En cuanto a los factores aceleradores de mi proceso emprendedor se apoya en cuatro puntos:

1.      Mi aprendizaje tiene lugar en redes de cocimiento; no concibo el “saber hacer” de mi propio emprendimiento como una propiedad aislada del resto del “saber ser” y del “saber saber” de quienes conozco.

2.      A mi emprendimiento lo someto a una fuerte impregnación del contexto sociocultural; esto es:

2.1.    procuro aprender qué es lo que saben y qué es lo que prefieren los clientes,

2.2.    cuáles son las habilidades de mis competidores,

2.3.    qué perfil personal y cuál talento profesional necesito en mis colaboradores, i

2.4.  qué tecnología es más fácil para la gente;

2.5.    cuáles son los marcos de las regulaciones formales y dónde, cuándo y cómo me es conveniente “saltarlas por arriba”;

2.6.    cuáles son las pautas culturales (las modas); y

2.7.    dónde y cómo consigo financiar de una forma racional mi emprendimiento.

3.     Utilizo los sistemas institucionales públicos y privados de apoyo; busco y trato de conseguir los incentivos que integran valor a mi actividad (centros de asesoramiento, ayudas económicas, programas de consultoría, incubación de empresas, rondas de negocios, etc.).

4.      Aprovecho intensamente mi práctica para desenvolverme en condiciones ambientales "inestables". En los últimos 58 años de mi vida, y aún durante la gestación en el vientre de mi madre, he estado viviendo “cambios disruptivos”. El “estado normal” de Promotional Products SEO Expert la economía en la que he crecido e iniciado mi actividad profesional es “el desequilibrio”. Como ha dicho el Sr. Peter Drucker: “la práctica” tiene “marcos teóricos” aún en proceso de formulación".

Cinco “buenas prácticas”

Estas ideas me inspiran cinco recomendaciones prácticas, si tu estás motivado para emprender una actividad independiente con fines de lucro (aún cuando tengas más de 40 años de edad cronológica)

1.     Considera tu experiencia como un activo a favor, y deja de pensar en que el desempleo es una carga asfixiante. No tienes “un empleo”, pero tienes muchísimas cosas por hacer junto con otras personas con quienes tienes que compartir tus ilusiones, tus iniciativas y talentos.

2.     Revisa tus prejuicios, tus creencias y el verdadero origen de tus temores para realizar una actividad profesional por cuenta propia, ya sea creando tu propia empresa y ejerciendo tu talento por propia cuenta y riesgo. Habla con quienes te inspiran confianza, pero también escucha atentamente a quienes desafían tu forma de pensar. No necesitas que te digan lo que te gusta escuchar; necesitas que te digan lo que tienes saber —aún cuando no sea lo que te gusta escuchar.

3.     Se tolerante con los demás cuando te enfrentes en un conflicto de intereses con ellos.

4.     Trabaja intensamente, si fuera necesario pide ayuda profesional a un especialista acerca de tu resistencia al estrés que te puede provocar el ritmo vertiginoso de las condiciones financieras, tecnológicas, culturales y políticas.

5.      Asume la condición "social" de tu empresa. Tu haces cosas para gente que no le presta atención a lo que tu haces; las personas solo van a juzgar si lo que tu haces: ellos lo necesitan para algo.

Toma una brújula:

·         Si estás familiarizado con el uso de Internet, busca y enlázate a redes de emprendedores, sitios dedicados a brindar información y orientación a emprendedores. Junto con la pornografía y la propia tecnología de Internet, “emprendedores” está entre los cuatro temas más desarrollados en la red. Naturalmente: te sugiero http://www.mariodehter.com, en especial el “formulario de contacto” si necesitas alguna orientación un poco más específica.

·         Concurre al Ayuntamiento u organismo de gobierno más cercano a tu lugar de residencia y consulta sobre los programas e instituciones locales dedicadas a la asistencia técnica y financiera para emprendedores creadores de empresas y personas que quieren crear formas de autoempleo.

·         Habla con las asociaciones empresarias del sector en el que te interesa comenzar una actividad por cuenta propia. No todas te están esperando, ni todas este tipo iPhone life de instituciones están dispuestas a atender y ayudar a personas que están tratando de comenzar. Pero, en ellas existe valiosa información que te puede ayudar a comprender cómo está estructurada, cómo funciona, quiénes son los integrantes y qué oportunidades y dificultades existen en sus cadenas de valor.

·         Comprende qué es una “cadena de valor” y analiza si puedes integrarte como uno de sus eslabones.

·         Piensa que tu negocio será, en principio, local pero tendrá una competencia global. Que hay sectores muy dinámicos y rubros de actividad muy atractivos pero, que quizás, no puedas participar con tus limitados recursos y poca experiencia.

·         Habla, conversa mucho, intensamente, en momentos apropiados que ellos puedan recibirte con tiempo y atenderte sin distracciones, con empresarios y profesionales independientes del sector de actividad en el que quieres participar. En general, a los empresarios maduros les gusta y sienten necesario ayudar a los noveles emprendedores. Seguramente, si puedes madurar una idea razonable encuentres con ellos clientes, proveedores y, esperanzadamente, algún socio que aporte algunos o todos los recursos que necesites.

·         Escucha atentamente cuando te dicen no va a andar. Escucha atentamente cuando te digan (algunos riendo o con cara de espanto): “¿¡Tu!? ¿¡Tu  vas a ser empresario!?” Escucha todo eso, porque te va a ayudar a descubrir que cosas buenas tiene tu idea y por qué tú mereces por qué vas a tener éxito.

Yo: creo en ti, si tu crees y estás dispuesto a incurrir en el sacrificio de intentar hacerlo aún sabiendo que tendrás que convivir mucho tiempo con más incertidumbres que con certezas y que, estadísticamente, estarás más cerca del fracaso que del éxito el resto de tus días que te dediques a crear tu propia empresa.


ANOTAR A PARTIR DE AQUI SUGERENCIAS A ESTE CAPÍTULO (ESPECIFICAR NOMBRE DE AUTOR Y FECHA DE APORTACION)

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